El control veterinario de los perros geriátricos, clave para su bienestar
Zoetis, la compañía líder en salud animal, ha llevado a cabo un estudio en animales geriátricos con el objetivo de evaluar el valor médico de las pruebas de diagnóstico de rutina, como parte de los reconocimientos de bienestar para mascotas en edad avanzada.
Así, los resultados del estudio respaldan las recomendaciones de los expertos mundiales sobre el valor médico de los programas de bienestar para animales senior, incluidas las pruebas de diagnóstico rutinarias en animales mayores.
Unas pruebas con las que se previene y reduce la aparición de enfermedades que, en edades avanzadas, suponen un gran riesgo para la salud de las mascotas.
El estudio en detalle
La investigación se ha desarrollado en Nueva Zelanda a partir de la información extraída de las pruebas preventivas de rutina realizadas a una muestra representativa de 60 pacientes, 28 gatos y 32 perros, con 7 o más años, aparentemente sanos según la percepción de sus propietarios.
Para el análisis de dicha información se ha utilizado el equipo de diagnóstico VetScan ® Point of Care, definiéndose un perfil completo Vetscan VS2 Comprehensive (albúmina, fosfatasa alcalina, transferasa alanina, amilasa, nitrógeno ureico en sangre, calcio total, creatinina, globulina, glucosa, potasio, sodio, fósforo, bilirrubina total, proteína total), un perfil de hormona tiroidea T4 y colesterol, hemograma, así como urianálisis y un test FELV-FIV en gatos.
Los problemas más habituales
A la luz de los resultados arrojados por el estudio, se han identificado trastornos en muchos sistemas corporales reconocidos como importantes para las mascotas senior por las guías para el cuidado de mayores de la Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA): 56 % gastrointestinales, 31 % dermatológicos, 22 % urogenitales y 9 % endocrinos en perros; y 29 % urogenitales, 25 % gastrointestinales, 21 % sobrepeso y 21 % ortopédico en el caso de los gatos.
De los problemas diagnosticados en perros todos ellos han sido identificados con la batería de pruebas realizadas, frente al 85 % de los identificados en gatos.
De igual manera, se ha confirmado un valor médico significativo del reconocimiento y las pruebas de diagnóstico, incluso para aquellos pacientes en los que no se han identificado trastornos o anomalías subyacentes.
Además, de los ingresos adicionales que las pruebas y las intervenciones de seguimiento suponen para las clínicas veterinarias.