El otoño y los perros, consejos

Llega el otoño también para los perros: cinco consejos para afrontar el cambio de estación con buena pata

Llega el otoño también para los perros: cinco consejos para afrontar el cambio de estación con buena pata Esta época provoca cambios en los perros, que pueden convertirse en potenciales peligros para ellos sin las precauciones necesarias. La Real Sociedad Canina de España ofrece sus recomendaciones para prevenir posibles patologías.

Esta época provoca cambios en los perros, que pueden convertirse en potenciales peligros para ellos sin las precauciones necesarias. La Real Sociedad Canina de España ofrece sus recomendaciones para prevenir posibles patologías.

Madrid, 25 de septiembre de 2023.- El paso al otoño ha llegado puntual este año. El frío y la lluvia se han anticipado con la DANA y el verano ya ha quedado atrás. Con todo lo que ello conlleva: renovar el armario, menos horas de luz, más humedad… y también los cambios de ánimo y físicos que pueden sufrir nuestros perros.

De hecho, el cambio de clima que presenta el otoño puede suponer un factor de riesgo para su salud y es importante estar pendientes de posibles alteraciones en su comportamiento. Por ello, la Real Sociedad Canina de España (RSCE), la voz del perro en nuestro país desde hace más de cien años, ha elaborado una guía práctica con sus recomendaciones para este periodo de transición.

Cambios de ánimo. Un perro más cansado de lo habitual o con más tristeza de la que suele exhibir no debería preocuparnos en exceso. El Síndrome Afectivo Estacional es algo común que afecta tanto a los animales como a las personas y que se intensifica en los meses del año con menos luz. La llegada de temperaturas más frescas y la duración más corta de los días, especialmente, tras el cambio de hora a finales de octubre, son fenómenos con un componente emocional.

Y de pelo… Aunque éste es un factor que depende de cada raza, por lo general, los perros y todos los mamíferos mudan siempre su pelaje ante los cambios de clima. Por ello, para que se adapten mejor al comienzo del otoño, también es necesario cuidar su pelo. Un buen lavado diario y un cepillado con fuerza fortalecerán su cuero cabelludo.

Bellotas, castañas y otros alimentos a evitar. El otoño se caracteriza por la estampa de las hojas caducas cayendo, pero también por la proliferación de muchos frutos propios de la época. Por ejemplo, castañas y bellotas, que conviene mantener lejos de nuestros perros. Principalmente las segundas, ya que contienen taninos, y pueden resultar muy tóxicas para ciertos animales.

Las castañas no son tan letales, incluso pueden ser buenas en pequeñas dosis. Pero si no las pelamos antes, su cáscara dura y áspera pueden provocar vómitos, diarrea o malestar estomacal. Y, por supuesto, si hay un alimento que debemos mantener lejos de los perros a toda costa, esos son los hongos. Causan malestar estomacal e incluso pueden ser mortales.

Si un perro come una seta u hongo, es importante llevar al animal al veterinario inmediatamente, junto a una foto o una muestra de lo que haya comido.

El frío baja las defensas. Como nos pasa a los humanos, las bajadas de temperatura traen consigo una menor protección inmunológica. Es vital mantener y vigilar los cuidados habituales durante todo el año, como una buena alimentación, para prevenir que nuestros perros enfermen. Enfermedades comunes entre ellos, como la leishmaniosis, tienen más posibilidades de aparecer en periodos de cambio de temperatura y defensas bajas. Por ello, aparte de extremar el cuidado, es conveniente una visita al veterinario si nuestro perro presenta algún síntoma o comportamiento extraño.

Y la oscuridad aumenta el peligro. A pesar de estos riesgos, dar paseos en compañía canina es un plan especialmente apetecible en otoño, con los bonitos escenarios que regalan los bosques en esta época. Pero otro factor a tener en cuenta al salir de paseo son los atardeceres más tempranos.

Es recomendable evitar que la noche nos pille paseando con nuestro perro. Pero si llega a pasar, será mejor contar con medidas preventivas como collares y chalecos reflectantes para mantenerlos visibles. Llevar un microchip es imprescindible -además de obligatorio- por si el animal llega a extraviarse de noche.

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