Los perros de asistencia, grandes aliados en la lucha contra la diabetes

Con motivo del Día Mundial de la Diabetes celebrado el pasado 14 de noviembre, la Cátedra Animales y Sociedad pone en valor la labor de los perros de asistencia y concretamente de alerta medica para detectar y avisar sobre posibles episodios de descompensación glucémica

Los perros de asistencia, grandes aliados en la lucha contra la diabetes.

La convivencia con perros de alerta médica permite poner en práctica una labor de prevención y anticipación de hasta 30 minutos ante situaciones de hipo e hiperglucemia, así como reforzar la autonomía del paciente, quien siente un apoyo incondicional del perro  durante las 24 horas del día.

Datos recientes de la Sociedad Española de Diabetes estiman que en nuestro país hay más de 5 millones de personas que sufren diabetes, lo que nos sitúa como el segundo país de Europa con más prevalencia de esta enfermedad en la actualidad. Unos datos que ponen de manifiesto la necesidad de que existan mecanismos para combatir esta afección, como ocurre con el caso de los perros de alerta diabética.

Por ello, y con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora cada 14 de noviembre, la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC pone en valor la labor de los perros de alerta médica, entrenados específicamente para detectar y alertar a los pacientes sobre
posibles episodios de hipoglucemia, con hasta 30 minutos de anticipación.

Los perros de alerta médica son adiestrados utilizando reforzamientos positivos, como premios, juegos o felicitaciones. De esta forma, se les enseña a diferenciar el olor “diana ” (que es el que desprende la muestra de hipoglucemia, la cual recogemos en gasas, algodones con aliento y sudor del usuario cuando tiene niveles de glucosa bajos) de cualquier otro olor, mediante técnicas de discriminación y localización , generándoles grandes expectativas de reforzamiento (premios) si lo encuentran. Previo a este proceso, existe una fase de asociación entre un reforzador con el olor diana y, posteriormente, les enseñamos una conducta de alarma para que nos avisen de que han encontrado dicho olor. En este caso, la conducta que preferimos es el ladrido, ya que es una conducta natural del perro y fácil de poner bajo control de una señal”, detalla Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC.

De esta forma, cuando se avecina una subida o bajada del nivel de glucemia en sangre, el perro, a través del olor corporal de su compañero, puede detectarlo con hasta 30 minutos de antelación, avisándole mediante un ladrido claro, sonoro y repetitivo, que no cesará hasta que no se intervenga.

Principales beneficios de asistencia en pacientes diabéticos​
La presencia de perros de alerta médica se ha convertido en un valioso recurso para los pacientes diabéticos y sus familiares. Estos animales de asistencia y alerta médica son específicamente educados y adiestrados para detectar, a través del olfato, las subidas y bajadas de azúcar en personas con diabetes, así como en otros episodios que puedan afectar a personas con epilepsia, entre otras afecciones.

La capacidad única de estos canes para percibir cambios sutiles en el olor de la persona permite adoptar una respuesta temprana ante las fluctuaciones en los niveles de glucosa, muy complicadas de detectar sino es con este tipo de intervenciones, disponiendo de un tiempo vital de 20-30 minutos para la anticipación y preparación, un margen suficiente para actuar de forma óptima.

Por ello, desde la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC señalan que uno de los principales beneficios de la convivencia con perros de alerta médica es disponer de un “doble seguro de vida”, porque gracias a su adiestramiento, estos fieles compañeros te pueden avisar con tiempo suficiente para no llegar a padecer una hipo o hiperglucemia. Esto se traduce en una sensación de tranquilidad y seguridad no solo para el paciente en cuestión, sino también para sus familiares y allegados.

“Este tipo de interacción también contribuye al bienestar emocional de las personas, brindando un apoyo incondicional en el día a día del paciente. La conexión que se crea entre el perro y la persona va más allá de la asistencia médica, contribuyendo positivamente al bienestar general y a la calidad de vida de las personas con esta afección” , explica Máximo.

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