Cría responsable, la heredabilidad del miedo
Los perros heredan muchos rasgos de sus progenitores, a veces características que llevan conservándose durante cientos de años y decenas de generaciones.
Algunas son evidentes, como la forma de las orejas y los colores del pelaje. Otras son más sutiles, como su comportamiento territorial o sus instintos de caza. Unas pocas son inesperadas y sorprendentes, como el miedo y el estrés.
Uno de los trabajos más notables fue publicado en 1965 por Scott, Fuller y su equipo. Durante 20 años y en 5 razas distintas de perros, investigaron el comportamiento de los animales en situaciones ambientales parecidas. Su hipótesis resultante era que la genética de los animales actuaba sobre rasgos específicos del comportamiento.
Y es que incluso el miedo puede heredarse.
¿Qué es el miedo en perros?
El miedo se puede definir como una sensación desagradable causada por la anticipación de un peligro o amenaza. El miedo tiene la función de colaborar en la preservación del individuo. Le prepara para la lucha o la huida.
Los miedos más comunes en los perros, hoy en día, son el miedo a los desconocidos, que puede diferenciarse entre miedo a personas desconocidas y miedo a perros desconocidos, miedo a los ruidos fuertes (el más común de todos) y, finalmente, el síndrome de privación sensorial, que es un miedo exacerbado y global hacia casi todo su entorno.
Aunque puede ser difícil en ocasiones distinguirlos, no es lo mismo en un perro las fobias y el miedo que la ansiedad o las respuestas de aversión.
Podemos considerar que la diferencia entre la ansiedad y el miedo es que la ansiedad se debe a estímulos internos, mientras que el miedo es provocado por estímulos externos. Otro enfoque es que la ansiedad es causada con anticipación a medio/largo plazo (la idea de encontrar a desconocidos) mientras que el miedo es directo (encontrar a los desconocidos).
Por otra parte, la aversión al estímulo no es necesariamente un miedo. El animal puede mostrar rechazo a los ruidos fuertes, es algo frecuente, pero porque le causan molestias y desagrado, no por miedo. La mitad de los perros tienen aversión al ruido. Cuando se trata de una fobia, la reacción es más fuerte.
Como curiosidad, la aversión al ruido tiene también un componente genético. Se le ha estimado una heredabilidad de 0.40 en humanos y 0.56 en perros.
El riesgo del miedo
Las fobias tienen un mayor peligro. Es un comportamiento repetido con frecuencia, de forma intensa y descontrolada, sin que el estímulo justifique esta respuesta, y entonces podemos empezar a hablar de fobias. Y estaríamos tratando con un miedo que el animal es incapaz de gestionar y está dañándole a él y a su entorno.
Se ha comprobado que los perros que tienen miedo a los extraños presentan una menor esperanza de vida que aquellos que no lo tienen. La principal causa sería la activación crónica de la respuesta al estrés, incluyendo un alto estrés oxidativo y una muerte celular más temprana.
Heredabilidad del miedo
Como hemos comentado anteriormente en otro artículo, el miedo es una característica heredable en los perros, con una heredabilidad de hasta el 50%, con mayor influencia por parte del lado materno. Varios estudios consideran que, de hecho, el miedo es la característica psicológica con mayor heredabilidad entre los perros.
En la mayoría de los casos, lo que se hereda no es un miedo como tal, sino la predisposición al miedo. El animal hereda una mayor “capacidad” de desarrollar una fobia en comparación a un individuo normal.
Un estudio de 2019, en pastores alemanes, localizó dos regiones del genoma canino que parecen estar involucrados en la ansiedad, la aversión al ruido y la predisposición al miedo. Estas regiones, además, contenían genes vinculados a las rutas neuronales del glutamato y la dopamina.
Pero también tenemos casos con miedos más concretos. En 2020 fue publicado un estudio en la raza Gran Danés a partir de individuos de dicha raza que presentaban un miedo irracional a los extraños. En los resultados encontraron que los perros con miedo solían presentar en homocigosis una región del cromosoma 11, de manera opuesta a los perros control.
¿Sabéis de qué miedo no se ha encontrado heredabilidad? Miedo y agresividad hacia el dueño. Quizás en su momento pudo haber un componente genético para ese rasgo tan indeseado, como en los demás, pero una fuerte selección en los animales contra esa característica lo habría eliminado a lo largo de los años.
Es probable que durante los procesos de domesticación del perro se escogieran, sin saberlo, animales que presentaban variantes genéticas que los hacían más dóciles y obedientes, frente aquellos alelos relacionados con la agresividad y el miedo.
El miedo en perros como modelo animal
Uno de los intereses que hay en los trabajos de las fobias en perros es por su extrapolación al ser humano. La idea del perro como modelo animal para problemas del comportamiento ha ido ganando fuerza con los años.
El modelo habitual, ratones y ratas, son animales menos sociables que cánidos y humanos, haciéndolos menos representativos. Muchas de las conductas patológicas en perros y personas comparten síntomas y rutas del sistema nervioso homólogos a nosotros, por ejemplo, en desórdenes obsesivo compulsivos o ansiedad por separación.
Hay avances, pero todavía queda mucho por aprender
Tampoco queremos decir con esto que siempre haya un componente genético. Se trata de una característica compleja donde los factores ambientales también tienen peso. Falta de sociabilidad de jóvenes, escasos cuidados de la madre o una mala educación pueden desembocar en fobias. De ahí la importancia de una buena crianza del animal en los primeros meses de vida, cuando las interacciones sociales dejan mayor huella.
Incluso la parte genética es poligénica. Es decir, influenciada por varios genes diversos. El resultado es que la mayoría de los trabajos hablan de genes candidatos y regiones del ADN, pero muy pocos se atreven a relacionar mutaciones especificas con comportamientos.
Debido a esto, verás que los test genéticos para perros, como el de Koko Genetics , ofrecen ver rasgos físicos, razas e incluso el árbol genealógico del animal de manera sencilla. Pero aún nos encontramos lejos de que un estudio de su ADN te pueda confirmar si tu mascota odia desde el nacimiento a los hombres con canas y que visten de blanco, o un suceso en su juventud le ha provocado esa fobia, sobre todo, en una especie como es el perro, con su inmensa diversidad morfológica y de comportamiento.
No obstante, al final todos comparten lo mismo: se merecen todo el cariño y el amor posibles.