Un estudio da la razón a la RSCE y a los criadores responsables: solo un 5% de los perros abandonados son de raza
De ese porcentaje de perros de raza que acaba en los refugios y protectoras, el 40% no son por abandono, sino por incautación de alguna autoridad policial o judicial contra el tráfico ilegal de cachorros.
La Real Sociedad Canina destaca la figura del criador responsable como garante del bienestar animal pues promueve una adquisición responsable y meditada.
El abandono de perros de raza en centros de protección animal es marginal y sólo supone el 5,7% de los perros detectados en los mismos, lo que evidencia cómo la predictibilidad y confianza sobre el temperamento y morfología de estos animales actúan como freno ante esta lacra, según un estudio del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid en el que ha participado la Comisión Científica de la Real Sociedad Canina de España (RSCE), la organización nacional más grande del mundo del perro.
Por el contrario, el 50,6% de los perros que se localizan en estos centros son mestizos de una raza desconocida y el 43,5% de mestizos de raza conocida, lo que debe llevar a la sociedad a concienciarse sobre la gran labor, muchas veces anónima, de los criadores responsables que crían perros de raza a escala familiar con dedicación y entrega. Ellos son garantes del bienestar animal pues promueven una adquisición meditada cuando se trata de incorporar a un perro a una familia, aportando asesoramiento y ayuda de por vida.
El tráfico ilegal, caldo de cultivo para el abandono
Del total de perros de raza abandonados, casi el 39% corresponde a perros de compañía incautados en decomisos. Es decir, perros víctimas del comercio ilegal, un problema cada vez más en auge: el 45% del comercio detectado en la Unión Europea y en sus fronteras es ilegal o sospechoso de fraude de acuerdo con una propuesta de la Comisión Europea dirigida en diciembre al Parlamento Europeo y al Consejo.
Muchos de los perros incautados por las autoridades pertenecen a una raza pequeña (Yorkshire Terrier, Chihuahua, Bichón Maltés…), lo que lleva a la RSCE a recordar el peligro de ciertas “modas”: la proliferación de redes sociales, influencers y youtubers -que muchas veces aparecen con animales- pueden estar detrás de este boom en cuanto al interés de la ciudadanía por tener un perro de compañía. Sin embargo, la acelerada digitalización de nuestras vidas permite a una serie de modas abrirse paso con riesgos evidentes para la salud de los perros. Y es un campo abonado para el comercio ilegal.
Aunque la mayoría de los abandonos detectados se produjeron en perros que llegaron sin microchip, en caso de que sí lo lleve, casi cuatro de cada diez ejemplares (38%) vuelve con su propietario al poder ser identificados.
Microchip y criadores responsables
Desde la RSCE se subraya que los perros de raza apenas sufren abandono, pues están al 100% identificados vía microchip. Igualmente, la Fédération Cynologique Internationale (FCI), la mayor organización canina del mundo cuyo único miembro en España es la RSCE, y sus socios desarrollan una trazabilidad que debería extenderse: los perros de raza conservan el rastro de sus orígenes, existe un repertorio cada vez mayor de pruebas de salud, incluyendo en muchos casos su huella genética (ADN) y todos ellos están debidamente identificados, lo que además de favorecer la predictibilidad, impide que sean abandonados con impunidad.
De la misma manera, la Real Sociedad Canina de España recuerda que la nueva Ley de Bienestar Animal (LBA) refuerza el papel de los criadores responsables y, en este sentido, la RSCE ha ofrecido a las autoridades que el registro de criadores profesionales que trabajan con la asociación desde hace décadas sirva de registro oficial para potenciar los mecanismos de control.
Para José Miguel Doval, “los criadores responsables son los primeros garantes del bienestar del perro, una labor que incluye, entre otras cosas, decidir si la familia de acogida del animal es la idónea. Y eso implica con la certeza científica que aportan los datos que no habrá abandono. Hace falta más conciencia social, más educación temprana, y desde la RSCE consideramos que la Ley de Bienestar Animal es un paso en este sentido, aunque faltan muchos más por dar”.