Perros sénior, consejos para hacerles la vida más sencilla
Fotografía de Sarah Cockerton Photography.
Ansiedad, aumento de ladridos y pérdida de sentidos como el oído y la vista, entre los signos de envejecimiento de nuestros amigos de cuatro patas. Desde Rover.com recomiendan aplicar medidas preventivas en edades tempranas como revisiones veterinarias periódicas así como una dieta completa.
Desde la disminución de la energía hasta la aparición de problemas de salud, al igual que ocurre con los humanos, el envejecimiento es un proceso natural que afecta también a nuestros fieles amigos de cuatro patas. A medida que nuestras mascotas se hacen mayores, experimentan una serie de cambios físicos, mentales y emocionales que requieren de una atención especial por parte de sus dueños. Por ello, Rover.com, el mayor marketplace online para el cuidado de mascotas, analiza los signos de envejecimiento y ofrece claves sobre cómo gestionar estos cuidados para proporcionar a los canes una vida plena en todas las etapas de su desarrollo.
Edad vs. signos de envejecimiento. No existe una edad fija en la que un perro adulto se convierte en anciano, sino que depende de cada perro, de su genética, de su estilo de vida y de si tiene o ha tenido problemas de salud, por lo que es preferible estar atento a los signos de envejecimiento más que fiarse de los años que tenga.
Según Adem Fehmi, especialista en comportamiento canino de Rover.com, “los signos comunes de envejecimiento en las mascotas incluyen la pérdida de sentidos como la vista y el oído, así como una disminución de la energía y la movilidad. Esto puede resultar en cambios de comportamiento como confusión, falta de conciencia y aumento de los ladridos. En casos más extremos, la ansiedad puede manifestarse a través de comportamientos como orinar o defecar en casa, arañar o morder, y no querer estar solo”.
Medidas preventivas. Es importante tomarlas cuando se observan cambios en la salud de nuestra mascota e, incluso, se recomienda hacerlo en una fase temprana de la vida del perro. Algunas a tener en cuenta son las revisiones veterinarias periódicas, terapias alternativas, como la fisioterapia y la hidroterapia, así como una dieta completa. Y es que, al igual que nos ocurre a los humanos, el metabolismo de un perro mayor puede ralentizarse y por ello es importante elegir alimentos “senior», que pueden incluir suplementos relacionados con la edad, como la glucosamina, útil para el envejecimiento de las articulaciones y los huesos.
Cambios en el ejercicio que realiza la mascota. Según Adem Fehmi, es importante ajustar las expectativas a las necesidades individuales de nuestros perros a medida que envejecen ya que es probable que los perros mayores sean más lentos, tengan artritis u otros problemas neurológicos que afecten a su forma de moverse y a la velocidad a la que pueden hacerlo. En este sentido, se recomienda:
Elegir un recorrido que pueda realizar sin esfuerzo.
Ajustar la velocidad a sus necesidades.
Si el perro tiene dificultades con los escalones o el terreno irregular, una ruta más llana puede ser beneficiosa.
Desorientación. Es posible que tenga problemas para orientarse, por lo que, se puede considerar la posibilidad de elegir una ruta similar cada día para que sea reconocible y la mascota se sienta segura y tranquila.
Relación con otros perros. A la hora de relacionarse con otros perros, es probable que los perros mayores prefieran otros más tranquilos, por lo que los dueños debemos ser conscientes de ello y evitar relaciones incómodas con cachorros u otros perros con más energía.
La fisioterapia y el ejercicio en el agua. Pueden ser muy beneficiosos para el cuerpo envejecido del perro y pueden ayudar a mantener las articulaciones y los músculos fuertes y flexibles a medida que envejece.
“Teniendo en cuenta que, para muchos dueños, las mascotas pueden llegar a ser sus mejores amigos, es importante destacar la responsabilidad, no solo de preparar a sus mascotas para el envejecimiento, sino también de prepararse a sí mismos. Este compromiso va más allá de proporcionar cuidados físicos y emocionales a los animales; implica comprender y aceptar los cambios. Prepararse significa educarse sobre las necesidades específicas de un perro mayor, adaptar el entorno para garantizar su seguridad y comodidad, y también estar mentalmente preparado para enfrentar desafíos del paso del tiempo”, concluye Fehmi.