Royal Canin y la Fundación ONCE del Perro Guía nos ofrecen una serie de consejos
El verano ya ha llegado, comenzamos a relajar los horarios y las deseadas vacaciones están ya a la vuelta de la esquina. Y, por supuesto, es un momento ideal para disfrutar también de la compañía de nuestros perros, ya sea en nuestro domicilio habitual como en nuestro destino de vacaciones.
Pero ¿qué debemos tener en cuenta si tenemos un cachorro? ¿Qué tenemos que hacer para contribuir a su bienestar durante las primeras vacaciones juntos? Gemma Baciero, veterinaria de Royal Canin, y Ana Jarabo, supervisora de cachorros de la Fundación ONCE del Perro Guía, nos dan las claves.
Claves para disfrutar del primer verano con tu cachorro
1. Correcta identificación y control: es importante que el cachorro lleve un collar con una identificación para evitar pérdidas, además del microchip que será implantado por el veterinario. También hay que mantener al cachorro en un entorno seguro y vigilado para
prevenir accidentes.
2. Prepara su kit de viaje: este es uno de los puntos que tendemos a dejar para el final y, cuando llegamos al destino, nos damos cuenta de que nos hemos olvidado algo. Por eso es importante dedicar unos minutos, unos días antes del viaje, a preparar su cartilla de vacunación, su historial clínico y todo lo que pueda necesitar en el destino: alimento habitual, bebedero o comedero, bolsas para sus deposiciones, camita y juguetes. Es importante revisar con el veterinario el estado de las vacunas y valorar si pudiera hacer falta alguna más o algún tipo de desparasitación en función del destino.
3. Protégele del calor: las altas temperaturas pueden tener distintos efectos en los cachorros, desde leves, como un nivel menor de actividad, hasta más severos, como deshidratación o incluso un golpe de calor. Por eso siempre tienen que tener a su disposición agua fresca para beber (incluso durante la noche), un rincón a la sombra donde poder refugiarse y nunca dejarlos en espacios cerrados con altas temperaturas, como por ejemplo el coche (ni siquiera con las ventanillas abiertas). También es importante adaptar la rutina de los paseos, evitando salir en las horas centrales y más calurosas del día, llevando agua y buscando siempre la sombra.
Una de las cosas a las que debemos estar atentos es a un posible golpe de calor, es decir, a una subida repentina de la temperatura corporal por encima de los 42 grados. Hay que tener cuidado con las situaciones de calor intensas, como, por ejemplo, las que se dan en un coche cerrado al sol o al hacer ejercicio intenso con altas temperaturas. Algunos signos serían incremento en la salivación, temblores musculares, pérdida de fuerza y apatía, respiración acelerada o tonos azulados de las encías. Si estos síntomas aparecen, hay que acudir al veterinario de forma urgente.
4. Cuida su alimentación: es posible que las altas temperaturas hagan que el cachorro tenga menos apetito pero, en principio, esto puede ser algo normal. Siempre podemos consultar con su veterinario y, al menos que él nos lo indique, no tenemos por qué cambiar su alimentación. Una opción puede ser mezclar o combinar su alimento seco con otro húmedo igualmente equilibrado, que tiene una gran palatabilidad y aumentará además la ingesta de agua. Evita siempre los cambios bruscos en su alimento y, si viajas a un destino vacacional, lo ideal es llevar siempre su alimento habitual y adaptar la ración a la actividad que tendrá la mascota.
5. Vigila su hidratación: siempre deben tener agua fresca a su disposición, ya sea durante el día, la noche o durante los paseos y momentos de juego. Los cachorros son más sensibles a la deshidratación y pueden ser más propensos a “olvidarse de beber”, por lo que con ellos hay que estar más vigilantes. La hidratación también es muy importante si pensamos hacer trayectos en coche con ellos durante el verano, pero es mejor evitar dar agua durante las horas previas del viaje para evitar mareos y ofrecer mejor pequeñas cantidades durante las paradas.
6. Adapta sus rutinas: evita los paseos durante las horas de más calor y busca mejor la primera y última hora, dejando las horas centrales únicamente para una salida rápida para hacer sus necesidades. Y siempre buscando la sombra y con agua disponible. También podemos adaptar el nivel de actividad en función del momento del día y del destino en el que estemos durante el verano.
7. Cuida su piel: el pelo tiene una función protectora de la piel y si se rasura en exceso, podemos lograr el efecto contrario al deseado ya que puede sufrir quemaduras solares. Consulta siempre con un experto antes de cortarle el perlo. También podemos mojarlos para
refrescarlos, pero es mejor no dejar que esté mojado durante mucho tiempo, ya que la piel puede acabar dañada por el exceso de humedad. Y también debemos cuidar sus almohadillas evitando los paseos en las horas de más calor, ya que podrían quemarse.
8. Cuidado con las visitas a la playa: es importante prestar atención a las corrientes y evitar que beban agua de mar (directamente o al nadar), ya que podría provocar trastornos digestivos o incluso intoxicaciones severas. Después del baño hay que aclararle con agua dulce, ya que la sal del mar puede irritar su piel.
9. Prepara el trayecto en coche: evita un posible malestar de tu mascota en el coche haciendo una adaptación progresiva antes del viaje tanto al coche como al sistema de retención. Puedes hacerlo en trayectos cortos, con cierta frecuencia, para que se pueda ir habituando de forma progresiva y, cuando llegue el momento de realizar un viaje más largo, vaya tranquilo y relajado.
10. Asegúrate de contar con un buen sistema de retención: elige un sistema de retención adecuado al peso y tamaño de tu mascota. Existen diferentes sistemas que podrás elegir en función de las necesidades de tu gato o perro como arneses de sujeción de doble anclaje (con un sistema de unión corto y estable), transportines o separadores del habitáculo. Asegúrate siempre de que son firmes y están bien anclados para evitar desplazamientos.