Más de la mitad de dueños de perro cambiaría de trabajo o casa por la custodia de su mascota
Foto Maria Korneeva vía iStock
El número de divorcios en España alcanza su pico más alto en septiembre, según datos del Consejo General del Poder Judicial. Pero ¿qué sucede cuándo hay mascotas en la pareja?
El 80% de los encuestados afirma que el compromiso de tener una mascota es tan importante o más que casarse. El tiempo libre, la situación económica y quien insistió más en tener perro, entre los factores clave para decidir la custodia..
Para abordar la situación, un 74% de los encuestados opta por intentar llegar a un acuerdo con su ex pareja y un 19% prefiere recurrir a la ayuda de un mediador
Terminan las vacaciones y con ello, ¿el fin del amor? Septiembre es considerado el mes de los comienzos pero también el de las rupturas, y es que según datos del Consejo General del Poder Judicial, es el mes en el que más divorcios y separaciones se producen. Pero, en el caso de aquellas parejas con perro, ¿cómo gestionan estas situaciones? Para analizar esta cuestión, Rover.com, el mayor marketplace del mundo de cuidado de mascotas, ha llevado a cabo un estudio que indica que, con tal de conseguir la custodia, el 64% de los dueños de perro cambiaría de trabajo y/o de casa.
Al hablar de la custodia en una separación, por lo general este debate se centra en los hijos en común. Sin embargo, cuando la pareja tiene una mascota, decidir quién se queda con el animal puede resultar complejo. Según los datos de Rover.com, un 48% estaría de acuerdo en aceptar la custodia compartida frente a un 30% lucharía por quedarse a su mascota y un 9% ofrecería dinero a cambio.
El 19% recurre a un mediador para decidir quién se queda con la mascota
A pesar de que decidir quién se queda con la mascota puede ser una tarea difícil, existe un mayor acuerdo en cuanto a la manera de llegar a una solución. Así, un 74% de los encuestados se inclina por abordar la situación de manera directa, optando por una conversación tranquila que permita llegar a un compromiso mutuo, mientras que un 19% prefiere recurrir a la ayuda de un mediador.
Pero, ¿qué factores decisivos a la hora de decidir con quién se queda el perro en caso de separación? Las respuestas son variadas y reflejan diferentes prioridades.
En primer lugar, se encuentra el tiempo libre del que disponga cada uno (47%), seguido de la situación económica (39,30%) y de quién tuvo más ilusión por adoptar al perro (38,70%).
También entra en juego el factor emocional ya que para un 34% el que muestre más amor por la mascota merece quedarse la custodia.
Por último, el lugar donde reside el can también importa con un 25% que valora tener jardín y un 22% vivir en un lugar con más zonas pet friendly.
Sobre la decisión de quién se queda con el perro si no hay custodia compartida, Adem Fehmi, especialista en comportamiento canino de Rover.com, afirma: “Debería depender idealmente de varios factores, entre ellos quién puede proporcionar un entorno más estable al perro, quién dispone de más tiempo y recursos para cuidarlo adecuadamente y también quién tiene un vínculo más fuerte con el perro. Es importante tener en cuenta las necesidades del animal a la hora de tomar esta decisión”.
El papel de la mascota en la relación
Al igual que una ruptura sentimental implica una profunda carga emocional, separar a una mascota en común puede tener un impacto similar. Prueba de ello es que el 80% de los encuestados asegura que el compromiso de tener una mascota es tan importante o más que el hecho de casarse.
Además, no hay que olvidar que la mascota no solo es un compañero leal, sino que también ha sido parte integral de las experiencias y recuerdos compartidos. Tanto es así que para el 61% de los encuestados la mascota es percibida como un miembro más de la relación, e incluso otro 61% cree que su mascota es la mejor forma de prepararse para tener un bebé.
Sin embargo, tal y como asegura Fehmi es importante pensar en el bienestar del animal para poder afrontar estas situaciones de la mejor manera: “En general, no hay que olvidar que una separación o un divorcio pueden afectar a todos los miembros de la familia, y el perro sin duda forma parte de ella. Cualquier entorno estresante y los cambios en el estado de ánimo de un propietario también pueden influir en un perro debido a los posibles cambios en el comportamiento del dueño durante este periodo”.