Educación emocional del perro

La educación emocional del perro es la asignatura pendiente

La educación emocional del perro ¿asignatura pendiente?

Proliferan los artículos y reportajes sobre diferentes asuntos relacionados con la educación canina, y también adiestramientos más o menos avanzados e incluso adiestramientos deportivos de alto nivel. Mientras tanto, muchos de esos perros que «saben» hacer» una cantidad ingente de comportamientos muy elaborados, no tiene una educación emocional adecuada.

La educación emocional en el perro, los tres pilares

Tal vez el mayor problema de la educación emocional del perro provenga de que no es algo tangible ni apreciable a simple vista. En realidad son los cimientos de la personalidad del perro, y se sustenta sobre tres pilares fundamentales.

1. Resiliencia. Que sería la capacidad que tiene el perro para superar problemas. Es la resistencia a la frustración, que resultará muy útil cuando deseemos avanzar en adiestramientos más elaborados.

2. Estabilidad. El perro debe permanecer estable ante diferentes situaciones, incluso ante aquellas que supongan una carga instintiva importante. Muchos perros de deporte caen en una excitación sin control. Haciendo honor a la verdad, también hay excelentes adiestrador@s que consiguen que sus perros conecten/desconecten sin «inercias».

3. Pertenencia al grupo. El perro es un animal social, y para su bienestar emocional se tiene que sentir integrado en su familia y -por supuesto- sentirse querido. El contagio emocional del hombre al perro está perfectamente demostrado, así que en nuestra mano está transmitir «buen rollo» a nuestros perros.

Con estas tres premisas podremos avanzar en otro tipo de educación, pero la «educación emociona» debería ser la base. Luego podremos aprender mucho sobre condicionamiento operante, los mecanismos de aprendizaje en el perro y todo lo que queramos… Pero será después.

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