Perros detectores… de búhos

Concretamente de búho moteado, en EE.UU.

Perros adiestrados para detectar una especie concreta de búho, discriminando otros búhos.

El búho moteado (Strix occidentalis caurina) es una especie amenazada. Su hábitat natural se reduce, pero además la llegada del búho rayado (Strix varia) que compite por los recursos e incluso los puede llegar a matar en luchas territoriales, lo ha llevado a un punto extremadamente delicado. La población disminuye a un ritmo alarmante, alrededor de un 3,7 por ciento anual, y las técnicas habituales de control de las poblaciones han dejado de funcionar. Era necesario recurrir a… perros detectores.

Perros detectores de fauna silvestre
Desde 1980 se están controlado las poblaciones de búho moteado mediante estudios de vocalización (se emiten sonidos a los que los búhos contestan). Pero de unos años a esta parte, debido a la presencia del búho rayado invasor, los búhos moteados han dejado de contestar a las llamadas de vocalización, dificultando enormemente su localización protección. La solución pasaba por entrenar perros para detectar sólo y exclusivamente a los búhos moteados que todavía habitan los bosques norteamericanos.

Con este fin se entrenaron dos perros, un cruce de labrador «Shrek», y otro cruce de australian cattle dog «Max», para detectar el origen de los excrementos y egagrópilas en el bosque. En las primeras pruebas la probabilidad de detección con éxito para el búho moteado fue de 87 por ciento después de tres búsquedas por parte de los perros, en comparación con el 59 por ciento después de seis estudios de vocalización siguiendo los protocolos del EE.UU. Fish and Wildlife Service. Casi el 30 por ciento superior. En el área de estudio real, el búho rayado era relativamente poco frecuente. La probabilidad de detección promedio fue de un 20 por ciento en el caso de los perros, en comparación con el 7 por ciento a través de llamadas de vocalización. La fiabilidad de la detección se contrastó mediante análisis de ADN, y con los resultados se elaboran los mapas de distribución de las dos especies.

Perros adiestrados para detectar una especie concreta de búho, discriminando otros búhos.Max, uno de los perros detectores del proyecto, marcando un árbol en el que ha localizado un búho en el Shasta-Trinity National Forest. (Foto de Jennifer Hartman/Univ. de Washington).

Con estos datos, los autores del proyecto afirman: «Los estudios de vocalización tienen un gran valor y de ninguna manera estamos sugiriendo que los perros deben sustituir a los estudios de vocalización. Sin embargo, los perros pueden aportar un valor añadido. Los perros tienen una mayor probabilidad de detección en algunas circunstancias, pueden detectar simultáneamente los búhos moteados y/o rayados y no necesitan que los búhos vocalicen para ser detectados. Pero los estudios de vocalización tiene la ventaja de ser capaces de cubrir un área mucho más grande. Los dos juntos serían complementarios».

Más información: Universidad de Wahington. (Foto del EE.UU. Fish and Wildlife Service).

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